Ir al contenido

Página:Historia Verdadera del Mexico profundo.djvu/212

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

muerto nuestros guerreros!... ¡Han sido aniquilados, oh capitanes mexicanos!
Entonces se oyó el estruendo, se alzaron gritos, y el ulular de la gente que se golpeaba los labios. Al momento fue el agruparse, todos los capitanes, cual si hubieran sido citados: traen sus dardos, sus escudos.
Entonces la batalla empieza: dardean con venabolos, con saetas y aun con jabalinas, con arpones de cazar aves. Y sus jabalinas furiosos y apresurados lanzan. Cual si fuera capa amarilla, las cañas sobre los españoles se tienden.” (Informantes de Sahún).

Los españoles entonces se refugian en la casa de Moctezuma y le ponen grilletes. Estando rodeados los invasores al frente de Alvarado, dice la historia escrita por los españoles, que Cortés regresó y que mansamente lo dejaron entrar al cerco. Que la ciudad estaba desierta y que entraron sin ningún problema.

Esto es realmente imposible de creer e ilógico. Es difícil entonces explicar, por qué Cortés inmediatamente después de llegar al centro de la ciudad, trata de salir del cerco. Todo Tenochtitlán estaba en pie de guerra y el Tlatócan, había depuesto a Moctezuma y había nombrado en su lugar a Cuitláhuac como nuevo Tlatoani. Es una mentira que los mexicas dejaron entrar a Cortés a la ciudad, donde por las calles, resultaba un fácil blanco militar.

Lo más lógico de suponer, es que Cortés “venció” a Narváez y al regresar a la ciudad de Tenochtitlán, él mismo ordenó la matanza. Carnicería absurda, pues como ya sabemos, en primer lugar, que el propio Moctezuma juró obedecer a los españoles, y en segundo lugar; para los anahuacas el oro no tenía el valor que los españoles le daban; por lo cual hubiera bastado que los españoles les hubieran pedido el oro, y seguramente todos lo hubieran entregado sin resistencia.

El misterio de la "noche triste"

Sea como fuere, cercados los españoles y Moctezuma depuesto por el Tlatócan, los mexicas tenían rodeados a los españoles y sus aliados. Cortés intentó huir una noche en la que caía una gran tormenta, cuando fueron descubiertos y diezmados, en la famosa batalla de “La

        212