a razón por la cual la mayoría del mexicano común desconoce su “historia verdadera”.
Una visión y opinión de esta realidad fue expresada por Carl Bovallius, Investigador Sueco, Miembro de la Academia Sueca de Antropología y Geografía, quien en 1881 hizo un viaje de exploración e investigación en Centroamérica; entre otros lugares visitó las islas de Zapatera y Ometepe en el Lago de Nicaragua.
Una visión y opinión de esta realidad fue expresada por Carl Bovallius, Investigador Sueco, Miembro de la Academia Sueca de Antropología y Geografía, quien en 1881 hizo un viaje de exploración e investigación en Centroamérica en su libro Antigüedades Nicaragüenses; entre otros lugares visitó las islas de Zapatera y Ometepe en el Lago de Nicaragua.
“En verdad que al leer los escasos relatos de los postreros días de esas gentes, uno se siente tentado a sostener que en desarrollo armónico de las facultades mentales, eran superiores a esa nación que, por su caterva de aventureros sanguinarios y rapaces glorificados en la historia con el nombre de "Conquistadores", lleva sobre si la ignominiosa responsabilidad de ser la exterminadora de aquella civilización. Porque fue de veras tan rápido y radical ese exterminio, mediante el fanático vandalismo de sacerdotes "cristianos" y los sangrientos crímenes de una soldadesca codiciosa, que la historia no sabe de otro caso similar. Débese a eso que el investigador de la relativamente moderna cultura de la América Central se ve obligado a recorrer caminos más trabajosos y llenos de lagunas que el estudiante de las civilizaciones de Egipto y de la India, desaparecidas miles de años ha.
Pese a ello, es tanto ya lo que se sabe en nuestros días que podemos afirmar que los pueblos indígenas de la América Central estaban muy adelantados en política y materia social, así como en las ciencias y las artes. Más aun así debemos seguir estudiándolos hasta obtener un conocimiento más profundo de su cultura, indagar con empeño en todo el país con el fin de descubrir los ídolos enterrados o que la celosa vegetación guarda ocultos en las casi impenetrables selvas que ahora encubren muchos de los sitios antes ocupados por populosas y florecientes ciudades y templos artísticamente decorados.” (Carl Bovallius. 1886) [1]
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- ↑ Carl Bovallius. Nicaraguan Antiquities (Antigüedades Nicaragüenses), 1886, páginas 6 y 7
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