á hijos y servia de insignia de mando y de lema para convocar á la guerra. Horacio Lara, Crónica de la Araucanía.
Huelén, el cerro de Santa Lucía en Santiago.
Bienvenida.—«Á nadie que llega a casa de un araucano, es lícito entrar sin licencia del amo, y sucede no raras veces que éste salga afuera á recibir al huésped con cortesía ciertamente ingrata, porque, comenzando por la salutación, pasa de unas en otras á largas arengas, y el pobre huésped ha de aguantar sin mostrar desabrimiento, aunque lo ase el sol ó traspase el agua, hasta que al dueño de la casa se le ofrezca decirle que se acomode, y ordinariamente se le ofrece tarde.» Medina. Aborígenes de Chile.
Domuche, esposa de Pillán.«Á la primera mujer del dueño de casa obedecen las demás y es llamada por él Domuche». Subercaseaux, Memoria de la campaña á Vilarica.
Boigue, el árbol chileno que los españoles dieron en llamar canelo.
Hueñuyún.—Este vocablo significa en araucano amistad, benevolencia
Huecubus «eran como los ministros y delegados de Pillán.»
«Estos huecubus que seguían de tiempo en tiempo vida solitaria en las grutas de las montañas, fueron sin duda los que inspiraron á Ercilla la creación del mágico Fitón.» Medina, Aborígenes de Chile.
Pehuén es la majestuosa araucaria andina que produce los sabrosos piñones.
(En vez de «tormentas y hachazos continuos del leñador que alevosamente su tronco debilita, sucumbe, entonces,» léase: tormentas, sucumbe á los hachazos continuos del leñador que alevosamente su tronco debilita, entonces)
Matrimonio.— «El matrimonio se puede hacer de dos distintas maneras, ó por el consentimiento ó por el rapto.—En el matrimonio que piensa celebrarse por medio del consentimiento, el novio visita la casa de que quiere hacer su esposa, cultivando relaciones de amistad con los