1 Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males á los aqueos y precipitó al Orco muchas almas valerosas de héroes, á quienes hizo presa de perros y pasto de aves—cumplíase la voluntad de Júpiter—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles.
8 ¿Cuál de los dioses promovió entre ellos la contienda para que pelearan? El hijo de Júpiter y de Latona. Airado con el rey, suscitó en el ejército maligna peste, y los hombres perecían por el ultraje que el Atrida infiriera al sacerdote Crises. Éste, deseando redimir á su hija, habíase presentado en las veleras naves aqueas con un inmenso rescate y las ínfulas del flechador Apolo, que pendían de áureo cetro, en la mano; y á todos los aqueos, y particularmente á los dos Atridas, caudillos de pueblos, así les suplicaba:
17 «¡Atridas y demás aqueos de hermosas grebas! Los dioses, que poseen olímpicos palacios, os permitan destruir la ciudad de Príamo y regresar felizmente á la patria. Poned en libertad á mi hija y recibid el rescate, venerando al hijo de Júpiter, al flechador Apolo.»
22 Todos los aqueos aprobaron á voces que se respetase al sacer-