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ORIGEN DE LAS ESPECIES

va dicho, es la afinidad de las producciones del mismo continente ó del mismo mar, aunque las especies mismas son distintas en diferentes puntos y estaciones. Es ley de la mayor generalidad, y todos los continentes ofrecen innumerables ejemplos. A pesar de ésto, el naturalista al viajar, pongamos por caso de Norte à Sur, nunca deja de quedar sorprendido de la manera con que se reemplazan unos á otros grupos sucesivos de séres específicamente distintos, aunque estrechamente relacionados. Oye notas muy semejantes de clases de pájaros muy próximas, pero distintas, y ve sus nidos constituidos de semejante modo, pero no completamente iguales, con huevos que tienen casi un mismo color. Las llanuras cerca de los estrechos de Magallanes, están habitadas por una especie de avestruz americano, rhea, y al Norte de las llanuras de la Plata hay otra especie del mismo género; pero no un verdadero avestruz ó emu como los que habitan en Africa y Australia en las mismas latitudes: en estas mismas llanuras de la Plata encontramos el agouti y la bizcacha, animales que tienen casi los mismos hábitos de nuestras liebres y conejos, y que pertenecen al mismo órden de roedores, pero que presentan claramente un tipo americano de estructura. Subiendo á los elevados picos de la Cordillera, encontramos una especie alpina de bizcacha; mirando á las aguas, no encontramos el castor ó almizelero, sino el coypu y capybara, roedores del tipo sud-americano. Podrian citarse innumerables casos más. Si miramos á las islas que están en frente de las costas americanas, por mucho que ellas puedan diferenciarse en estructura geológica, los habitantes son esencialmente americanos, aunque todos sean especies peculiares. Como ya lo hemos visto en el capítulo anterior, si volvemos atrás la vista, á los tiempos pasados, encontraremos que entonces prevalecian los tipos americanos en los continentes y en los mares americanos. En estos hechos vemos un lazo orgánico profundo á través del espacio y del tiempo, en las mismas áreas de tierra y agua é independientemente de las condiciones físicas. Lerdo ha de ser el naturalista que no se vea inducido á buscar qué lazo es éste. Este lazo es simplemente la herencia, la única causa que sabemos positivamente que produzca organismos completamente iguales entre sí, ó, como vemos en el caso de las varie-