Página:Torres Politica domestica.djvu/122

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

120 POLÍTICA DOMÉSTICA

rio, en un vapor—me contó, á propósito de haberie leido, delante de mí, la menor de dos hijas suyas que la acompañaban, la noticia que un diario daba so- bre el suicidio de una joven, cuyos antecedentes patentizaban que una profunda envidia le había trastornado la razón.

«Estaba yo» —dijo aquella señora— «recién casada en Córdoba, donde mi esposo desempeñaba un em- pleo del gobiérno nacional; pero luego fué destinado á Buenos Aire:., y tuvimos que abandonar mi docía ciudad nativa. Una casualidad me relacionó con una señora viuda y una hija de ella que habitaban en una casa contigua ála mía. La hija, joven de veinte años, no carecía de belleza física y tenía re- gularmente cultivada su inteligencia, porque se ha- bía educado en un colegio; pero no debía muchos favores á la fortuna, y estaba en muy modesta me- dianía. Mi trato le agradó, no sé por qué, y nos hicimos amigas, támpoco sé por qué.

Angustias, que así se llamaba aquella jóven, tenía en su espíritu una tristeza que la abatía, pero cuya causa no me era dado adivinar. Permanecía ence- rrada en su casa semanas y meses enteros, huía de la sociedad y á nadie visitaba sino á mí, de vez en cuando. Su mal empeoraba notablemente: una palidez extraordinaria, una tos seca y frecuente y otros síntomas anunciaban que una pesadumbre