UNA MADRE DISCRETA.
Bajo diversos y numerosos aspectos se suele con- siderar la economía, y raro es verla practicada con acierto: algunas personas la envilecen, inscribiéndo- la en el catálogo de los vicios, muy próxima á la avaricia; y otras se engañan á sí mismas, creyendo que consiste en privarse de una gran parte de lo necesario, para atender á lo superfluo. La econo- mía, que parece una virtud esencial de la mujer, merece ser estudiada, comprendida y estimada por todos en general, porque la propagación de este conocimiento produciría inmensos beneficios á la sociedad. En efecto, la economía bien entendida es el equilibrio de los intereses materiales; es un medio eficacísimo de promover la abundancia y la prosperidad; es un fundamento de la alegría y de
