298 POLÍTICA DOMÉSTICA
comunar sus intereses. Algunos niños son avaros y egoistas, otros son generosos y pródigos; pero to- dos poseen el sentimiento de lo tuyo y lo mío. Uno tiene arreglados sus juguetes, se sirve de ellos pocas veces y se opone abiertamente á que se los usen; otro se inclina sólo á los objetos que le sirven, y da los que le son inútiles; otro rompe desde luego los suyos y los ajenos, y es pródigo para sus placeres. Estos instintos relativos á la propiedad, puestos en relie- ve por el e zoismo, ó modificados por la turbulencia, suelen tomar mala dirección y ahogar sentimientos nobles; mas se atemperan bajo el influjo de la mancomunidad, sin perder lo que tienen de útil. Convendrá que los hermanos tengan bolsa común en manos del mayor, reuniendo todo el dinero que reciban, y así cada uno se habituará á consi- derar su riqueza como parte de la riqueza de todos; se regocijará de las adquisiciones que se hagan, porque le pertenecerá siempre su parte, y, en fin, no podrá disponer de ella sin el consentimiento de la mayoría: cada gasto será discutido de antemano, y rechazado si no ha de ser beneficioso para to- dos los asociados; la codicia no podrá ajslarse ni diri- girse á cosas frívolas, y hé aquí una garantía contra la avaricia y la disipación. La bolsa común que. ha de crecer por las economías de todos y no ser agota- da por caprichos, permitirá hacer compras importan-
