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POLÍTICA DOMÉSTICA 307

punto de inspirar terror; pero aun la exageración en este sentido no ofrecería tantos peligros. O la elec- ción de los padres, el instinto del amor y la bon- dad de las circunstancias harían más fáciles los deberes, ó si la suerte llegase á burlar las esperanzas del corazón ó de la razón, al menos la víctima esta- ría preparada para el sacrificio.... No concibo có- mo aquella á quien se hubiera hecho comprender las obligaciones de su estado, ofreciese á su ma- tido menos probabilidades de felicidad; tampoco puedo figurármela menos capaz de acomodarse á los azares de su situación. En efecto, sería nece- sario deducir que la mejor preparación para todo consistiría en no prever nada; mas no parece proba- ble que las sorpresas de todo género sean el me- dio más seguro de adquirir resignación.»

La más sólida preparación de una joven para lle- nar las obligaciones que el matrimonio le ha de imponer, es la vida práctica del hogar doméstico, la participación en las ocupaciones de la madre, el trabajo; y no solamente el trabajo agradable, sino también el trabajo útil. La labor de aguja es útil y necesaria, pero no debe ser única ocupación de la mujer joven, á quien le es indispensable la activa ta- rea que da movimiento á toda la persona y no de- ja demasiado tiempo libre á la imaginación. El in- signe pedagogo alemán J. P. Richter opina que la