334 POLÍTICA DOMÉSTICA
Convengo en que una educación tal como se pue- de recibir en una gran ciudad, ofrece preciosos me- dios de ocupación á las jóvenes; y he aquí el punto: de vista en que considero estimables las habilidades, pues lo que estas prestan á la mujer en sociedad es. —se lo aseguro á usted, amiga mía—-muy poca cosa. Sin duda que es agradable saber tomar buenas acti- tudes, andar con gracia y bailar; pero una mujer aprenderá da esto, en poco meses, cuanto le sea necesario. Respecto á las habilidades relativas á la música y ála pintura, á menos de haber adquiri- do en estas artes cierto grado de superioridad, la mujer las encierra, ordinariamente, en el interior del hogar, que es donde pueden contribuir esencialmen- te á la felicidad de ella; pues no sólo le llenarán las horas de ocio, haciendo más grata su vida, y ocu- pando á la vez la actividad de su imaginación, sino que formarán entre ella y su marido un lazo capaz de prestar infinita dulzura á la unión conyugal. Nosotras rara vez tomamos parte en las ocupacio- nes de los hombres, y ellos no se interesan en las: nuestras, mas el gusto de las artes es común y en él podemos encontrarnos: que un marido y su mujer se hayan entregado con fervor al ejercicio de un mismo arte, y nosentirán mucho la posición ó desigualdad. que pueda haber entre sus caracteres ó sus inteli- gencias. No hay unión más sólida que la que se:
