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una canoa, i por el rio Callitue llegaron al lago de Riñihué, asombrando a todos los de Valdivia con ese viaje, que revelaba tantos misterios sobre la formacion natural de esos lugares. Al principio se creyó una fábula, pero despues se ha conocido la realidad del hecho. Don Atanasio Guarda me dijo que él mismo habia prestado caballos la indio al desembarcarse, para que se fuese a Futronhue de donde era.

El lago de Lacar tiene mucho pescado. Los indios que viven en las orillas, aprovechan las creces del rio para detener los peces en cercados de ramas cuando baja el agua.

Volvamos ahora a tomar el hilo de la narracion. Despues de haber almorzado con carne de caballo, Vera nos sorprendió mucho al convidarnos a que nos bañásemos en el lago. Criados en la idea de que un baño despues de comer, puede tener fatales consecuencias, rehusamos. El se quitó su poncho i el chiripá, i se botó al agua. Mas tarde en el Caleufu vimos hacer lo mismo a todos los indios, sin que les sucediese ningun accidente. Lo que prueba que todo depende del hábito.

A la tarde, bajo la sombra de un manzano cargado de fruto, convenimos con Vera i Motoco, sobre la línea de conducta política que debiamos seguir. Vera i Motoco llevarian de mi parte un regalo a Huitraillan, cacique de alguna influencia i que convenía a traérmelo; miéntras tanto yo seguiria mi camino hasta donde Paillacan; aunque estaba indeciso todavía, si me estableceria en los toldos de éste último o en los de Huincahual.

22 de febrero.—Al dia siguiente, José Vera nos acompañó a los toldos de Huentrupan, distantes como seis kilómetros del cerro Trumpul. Allí como a 500 metros sobre el nivel del mar, principian a aparecer los pinos [1], que adornan las colinas oscureciéndolas con su verdura sombría; Son casi los únicos árboles que se ven. En los planes solo hai plantitas pequeñas, que crecen en la arena. Al fin, por una pendiente inclinada se llega a las orillas del riachuelo donde vive Huentrupan. Al otro lado se elevan dos casas con techo de paja, pero, sea por el calor, sea por otro motivo, los indios se habian establecido en este lado del arroyo, en toldos hechos con coligües. Nos apeamos, se formó un circulo al rededor de Huentrupan, i principió el coyaghtun entre José Vera nuestro lenguaraz, i el cacique. Despues José Vera le tradujo la carta de don Ignacio Agüero. Huentrupan recono-

  1. Libocedrus chilensis.