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LAS EXHALACIONES
Es en la época de la dominación romana. Co- mo princesa de la plantas y señora de las aguas, Jericó, capital, entre las cinco de Palestina, de- línease en medio de las vegetaciones. La noche consagra la hermosura del día muerto ; y fantás- ticos genios, tras de Moab y Judea, esparcen es- trellas fijas y luceros palpitantes. Así, desde la raiz de los horizontes, forman fecundas miria- das, en oposición a los paisajes estériles. Mien- tras el Mar Muerto, con sus'leyendas y ruinas, vive cual corazón de las regiones mustias, el cielo copia el oasis de Jericó, y a sus flores y a sus frutos responde con una apoteosis de astros.
Sobre un palacio, la noche evoca el esplen- dor de los cuentos árabes, entre las piedras pre- ciosas de sus fosforescencias coloreadas. En la
