Acta de Elección de diputados por la Villa de los Ángeles en 10 de enero de 1811
Acta de Elección de diputados por la Villa de los Ángeles en 10 de enero de 1811
En la muy leal villa de Nuestra Señora de Los Ángeles de la alta frontera del reino de Chile, en diez días del mes de enero de mil ochocientos once años. Los señores don Pedro José Benavente, teniente coronel de los reales ejércitos, comandante del cuerpo de dragones, subdelegado de la isla de la Laja y gobernador de las armas de esta provincia; el licenciado don Pedro Nolasco Arenas, cura y vicario interino de esta doctrina; y el capitán de dragones graduado de teniente coronel don José Ruiz de Berecedo, congregados en el fuerte de esta plaza con el noble vecindario, caballeros, militares y demás individuos del partido que tienen derecho a concurrir a la elección de diputado, constando por menor de la lista que antecede, para cuya formación se tuvieron presentes las reglas y artículos que dictó la excelentísima junta provisional gubernativa de este reino, insertas en el auto de quinde de diciembre de mil ochocientos diez, habiendo precedido la citación por medio de esquelas, en las que se les señaló el día, hora y lugar en que debían concurrir a dar sus votos, pasó el congreso a la parroquial de esta villa, y asistió a la misa de Espíritu Santo: y en ella exhorto el cura a los electores para que procediesen con la madurez y acuerdo que tanto interesa a la felicidad del pueblo, que deposita en el representante su futura suerte. Concluido este acto, volvió el concurso al fuerte de esta plaza; y colocados en la sala de elección, fueron calificados los electores por la citada lista, que mandaron los señores se leyese por mí el presente escribano, como, como igualmente la instrucción, reglas y demás providencias dictadas por dicha excelentísima junta para el nombramiento de diputado; y verificado así, ordenaron seguidamente que a puerta franca se procediese a votación por cédulas secretas. Pero el congreso principió, entre unos y otros, a un momentáneo rumor que prorrumpió en aclamación general, nombrado por su diputado al señor alcalde ordinario don Bernardo O’Higgins Riquelme, y seguidamente por su suplente, con igual aclamación, al señor don José María de Benavente y Bustamante, capitán de milicias de caballería; en quienes declararon concurrir ilustración, probidad, patriotismo y talentos para desempeñar tan grave y honroso encargo, mereciendo por lo mismo toda su confianza y estimación, así de los electores como de los demás conciudadanos, dándose todos mutuamente parabienes por su acordada elección, con las mayores demostraciones de regocijo. En este estado, el señor diputado nombrado hizo renuncia de la vara de alcalde en la forma ordinaria, en manos del señor subdelegado y gobernador de las armas, quien la deposito en el maestre de campo don Francisco Riquelme de la Barrera, ínterin daba cuenta al señor gobernador político de la provincia, para que dispusiese sobre la nueva elección; y seguidamente se dirigió el concurso a la iglesia parroquial (llevando a los señores diputados electos entre el señor gobernador de las armas y cura vicario interino), donde se cantó el Te Deum; y regresados, fué excesivo el júbilo del pueblo, repitiendo vivas a los protectores de sus derechos, a que correspondieron los verdaderos patriotas con arrojarles monedas; y de común consentimiento, acordaron hubiese en la noche iluminación general, fuegos artificiales y un convite general de refresco, música y baile, acreditando por estos hechos la sincera complacencia de que se hallan poseídos por tan acertada elección; y la firmaron los señores convocantes y electores de que doy fe.
[...] Ante mí. – Miguel del Burgo, escribano de su majestad, público y de cabildo.