Página:Don Segundo Sombra (1927).pdf/338

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 336 —

sé por qué, supuse se trataba de mí. Era un conocido, muy conocido. ¿Cómo no?, si era Pedro Barrales. Sin embargo, no tenía yo la alegría que hubiera sido natural y, cuando, aunque cohibido me acerqué con cordialidad a estrechar la mano del compañero, éste se tocó con incomprensible respeto el ala del chambergo, agraciándome con un "¿cómo le va?" que no entendí.

—¿Qué te pasa hermano? dije algo encrespado en mi incertidumbre. Si tenés algo contra de mí decílo, que no es güeno andarse mezquinando la cara como las mujeres.

Pedro lo miró a Don Segundo indeciso e interrogante. Mi padrino intervino.

—Empezá por no enojarte ni andar atropellando, que más bien necesitás de tu tranquilidá. Pedro te trai una noticia. Ahí tenés un papel que te va a endilgar en lo cierto mejor que muchas palabras. Graciah'a Dios no sos mujer ni te has criao a lo niño pa andar espantándote por demás.

Tomá, ya estáh'alvertido.

El sobre decía:

—Y qué tengo que ver?

—Abrí — "Señor Fabio Cáceres." L grité casime respondió mi padrino.