Esta página ha sido corregida
―232―
Que en lujosa primavera
Viste una capa hechicera
De riquísimo verdor;
Y oir al jíbaro alegre
Que sin cuitas, ni pesares,
Entona lindos cantares
De puro y ardiente amor.
III.
¡Qué bello es soñar amores
En esas noches de calma,
En que el Abril con sus flores,
Sus hechizos seductores,
Ahoga el penar del alma!
¡Qué bello entonces lanzar
Al aura nuestros cantares;
Y cantando suspirar,
Y con suspiros matar
Los que nos matan pesares!
¡Qué bello es dejar caër
