Esta página ha sido corregida
―233―
Sobre el césped nuestra frente;
Y en grato sueño entrever
Una divina muger
Que nos brinda amor ardiente!
Y al salir de ese estupor,
Sentir el fino gorgeo
De amoroso ruiseñor;
De la brisa el devaneo,
Y el perfume de la flor.
¡Qué hermosas, hermano, son
Esas noches de armonía,
En que abrasa al corazon
El fuego de la poesía
Y el sol de la inspiracion.
Dulces recuerdos de la patria cara,
Bellas memorias de mas bellos dias,
Que sonreis la mente encantadoras
Con vuestras inocentes alegrías;