Página:El Cardenal Cisneros (11).djvu/10

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continuamente escribía á Flándes para que lo tuvieran en cuenta, recelaba de todos, del Papa, á quien creia inclinado á Francia; de Pedro Navarro, prisionero de los Franceses en la batalla de Rávena y al fin traidor á su pátria; de los Genoveses, entónces muy florecientes y poderosos que suponía nuestros enemigos; enviaba dinero á Flándes para atender á las eventualidades de la guerra, aconsejaba al Emperador Maximiliano, abuelo del Rey de España, que no intentase el sitio de Brescia, que era difícil, y acometiese á Milán, desde donde dominaría fácilmente toda Italia; aconsejaba al Rey que enviase refuerzos á Nápoles y que su alteza no se deve confiar en los franceses avn que haga paz con ellos, porque nunca los franceses la guardaron estándoles otra cosa mejor, y sy alguna paz hazen y es á fin de asegurar, y para poder mejor hazer lo que quieren. Los avisos que recibía Cisneros de todas partes, el sinnúmero de Franceses y Genoveses que con capa de comerciántes recorrían los reinos de Aragón y de Valencia, la fermentación que se observaba en estos puntos, en donde, según decía Cisneros al Rey no quieren obedecer ninguna cosa, ni ay justicia, ni memoria della; y ponense á dezir que sola la persona del rrey han obedecer y no á otro ninguno; y todo aquello está de mala manera, ansy por libertad que dizen que tienen y por sus fueros y privilegios, como por estar tan vecinos á los franceses; las complacencias del Rey de Francia con Pedro Navarro, á propósito de las cuales decía Cisneros que el Rey de Francia quiere tirar la piedra y esconder la mano, los avances que algunos Franceses, en nombre de su Soberano, hicieron á la fidelidad del Virey de Navarra, Duque de Nájera, el cual contestó con fiereza verdaderamente castellana; todos estos hechos, todos estos síntomas, tenían muy alarmado á Cisneros, mucho más cuando le escribían de la Corte de Flándes sus agentes los manejos del Rey de Francia, y que convenía hacerse firme y válida la amistad de Inglaterra, porque alli amaban la casa de Austria tanto como aborrecían á la de Francia, aparte de que no conviniendo que D. Cárlos viniese á España por Francia podía ser que tocase en aquel reino como le ocurrió á su padre una vez embarcado, de modo que según decía el Obispo de Badajoz, la amistad del Rey de Inglaterra ansy por agora como para lo de adelante le paresce al Obispo que seria bien necesaria y provechosa [1].

  1. Archivo de Simancas. — Estado. — Leg. n.º 496, fólios 14 al 18.