Ir al contenido

Página:El Cardenal Cisneros (11).djvu/3

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

guarda, una de las cuales podia ser Adriano, enviando á decir á la Corte de Flándes que «esto conviene que se provea muy secretamente y sin dilación nynguna.» Querían los Flamencos cortar por lo sano en este asunto grave y delicadísimo, pues pretendían llevar á Flándes al Infante; pero no era esta la opinión de Cisneros, porque temia que su marcha fuese ocasion de grandes disturbios. Amaba á D. Fernando, mas á pesar de esto, Cisneros, como hombre de Estado y como hombre de conciencia, defendía resueltamente la causa de la legitimidad representada en D. Cárlos, por lo cual nombró una persona de confianza que, al mando de alguna fuerza, diera guardia al Infante, en apariencia de honor, en realidad para vigilarle y vigilar á los de su casa que lo traían alborotado contra su propio hermano. Por lo que después se hizo, compréndese que Cisneros tenía la opinion del Obispo de Avila, su agente en Flándes, que quería que cuanto ántes viniera á España D. Cárlos, y entonces, de acuerdo con el Cardenal, podría verse qué es lo que se hacía con D. Fernando, á quien podría darse el Austria, el Tirol y algunos otros Estados de la Casa de Borgoña, cosa que al fin tuvo lugar, dando principio D. Fernando á la Casa de Austria, que siguió reinando en Alemania cuando ya había acabado en España [1].

No ménos se preocupaba la Corte de Flándes de la Reina Doña Juana. Don Cárlos quería que Cisneros nombrase una persona que estuviera cerca de su madre hasta que él envíase otra de su completa confianza, á fin de que «seyendo muy bien tratada aya tan buena guarda y recabdo que si algunos quisieren alterar su buena intención no puedan y en esto aya gran cuydado y porque é ninguno pertenece más mirar por la honra contentamiento y consolacion de la Reyna mi Señora que á mí, los que en esto quisieren meter la mano no ternan buena intencion [2]

Cuando llegó esta carta á poder de Cisneros, ya éste se habia anticipado á todas las previsiones de D. Cárlos, de tal manera que después de darle cuenta de lo que habia hecho, decia y suplicaba al Rey «que quanto á esto no se haga mudanza ninguna hasta que vuestra Alteza bienaventurada venga á estos sus reynos porque ello está proveydo como conviene: y en todo lo demás que toca á la salud

  1. Archivo de Simancas. — Estado.— Legajo núm. 496. —Fólios 14 al 18.
  2. Archivo de Simancas. — Estado. — Legajo núm. 3. — Fólio 354.