Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/199

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
194

XXXV.

Decreto imperial.

Regresaron en esto á la sala el corregidor y el tio Lúcas, vestido cada cual con su propia ropa.

—¡Ahora me toca á mí!—entró diciendo el insigne D. Eugenio de Zúñiga.

Y, despues de dar en el suelo un par de bastonazos, como para recobrar su energía (á guisa de Anteo oficial, que no se sentia fuerte hasta que su caña de Indias tocaba en la tierra), díjole á la corregidora con un énfasis y una frescura indescriptibles: —Merceditas: estoy esperando tus explicaciones.