Página:Espacio tecnológico, población y reproducción social en el sector hortícola de La Plata.djvu/102

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en la vida social; a partir de él conocemos nuestro entomo, nos relacionamos, constituimos una identidad, porque el cuerpo al mismotiempo que construcción simbólicaes un operadordetodas las prácticas sociales y en ese sentido se puedeïhïiblár‘ de cuerpo/signogy pensarto como un lenguaje que habla de contextos socialesÏde identidades y pertenencias culturales.‘ Aún en lo que el cuerpo tiene de más natural en apariencia -volumen, peso, talla, etc- es un producto social. Según P. Bourdieu estas propiedades corpo- rales están distribuidas desigualmente entre los conjuntos sociales a través de diversas mediaciones, entre ellas las condiciones de vidaydetrabajo. (Bourdieu i982). Las enfermedades, deformaciones, mutilaciones produoidasen el proce- so de trabajo también funcionan como marcas sociales al insertarse en un sistema de signos distintivos construido de acuerdo a las concepciones domia nantes de la sociedad en“la‘cual se cristaliza. Las marcas que el trabajador hortícola adquiere en el cotidiano laboral se inscriben fundamentalmente en dos categorías: el desgaste del cuerpo(con deterioro progresivo de la masa muscular y patologías osteoartículatorias) y la incapacidad que a mediano y largo plazo produce el contacto periódico con agroquímicos altamente tóxicos. El cuerpo del campesino, doblado sobre la tierra en la diaria tarea del cultivo de estación, está sujeto a las modalidades de esta organización del trabajo, cuya racionalidad exige cuerpos dóciles, entrena- dos y útiles que respondan a los requerimientos de la producción conel máximo de e■ciencia. Su cuerpo se convierte en un instrumento obligado a hacerjornada tras jomada, incansablemente los mismos gestos. Ensociedades que, como la nuestra, están caracterizadas por asimetrías, desigualdades, dominación, explotación, el cuerpo no es un espacio neutral, más bien sevuelve un campo de expresión de la dimensión política, y por Iota nto visualiza, en parte, la distribución del poder en la sociedad. El cuerpo se signi■ca y se experimenta de acuerdo con la posición que su poseedorocupa en la trama social. La diferencialidad en el uso del cuerpo entre patrones y empleados en la producción hortícola se hace evidente en diversos planos. Simpli■cadamente digamos que los propietarios, ejercen la dirección del proceso productivo, cumplen funciones de control y de gestión, tanto en la producción propiamente dicha como en el proceso de comercialización y en las actividades administra- v\ ‘e’ ’ 105 AI cuerpo se le aplican sentimientos, discursos y prácticas que son básicos