- sujeto habite un cuerpo del ‘que le es imposible diferenciarse. Sin embargo este proceso puede revertirse. En el trabajador rural, un dolor fuerte, un accidente (intoxicación con pesticidas, heridas, fracturas), Ia enferrne- dad, restringen su campo de acción y lo introducen en un sentimiento de dualidad: se siente cautivodentro de un cuerpo que lo abandona. Unelemento común entre los trabajadores hortícolas a la hora de definir la salud y la enfermedad es el acento puesto en la capacidad de llevar adelante o no las actividades diarias. Pero, en sujetos en los que cotidianamente hay un intenso y constante uso del cuerpo con todas las marcas que en él inscribe el sobreesfuerzo físico, lostraumas, los accidentes, el sufrimiento, la selección del dolor como síntoma de enfermedad es contingente con su capacidad para realizar la rutina diaria.‘ Aquí encontramos un punto crítico, el de aquéllostrabajadores que han ido desarrollando lentamente, con el p ISO de los años, procesos de intoxicación y patologías osteoarticulatorias de carácter irreversible, constituyendo lo que Lemert llama “desviación primaria” y que no llegan a construirse como enferme- dades sino en el largo plazo cuando invalidan de■nitivamente o provocan la muerte del sujeto. Haytestimonios muy elocuentesen relación a la manipulación de agrotóxicos que alertan sobre elgrave perjuicio a la salud que sufren estos trabajadores, en especial queremos rescatar las palabras de un hombre de 25 años, contratado como peón transitorio por un mediero afincado en la zona de Gorina: invisibilización del cuerpo, de" borramiento ritualizado que provocaría que el exfoliante, no hace daño a las personas. Pero hay otros remedios fuertes que sí son venenosos,‘como los fosforados, pero yo me cuido Iavándome bien las manos y los brazos". w La toxicidad de los pesticidas órganofosforados está presente tanto enel producto neto como en sus residuos causando daño a Iasalud de diversas maneras: por inhalación, por absorción por piel, o ingestión. Además y como dramático corolario ya señalado, los trabajadores que aplican pesticidas, por lo general, no sólo no son provistos de máscaras y ropas, sino que suelen usar 111 “Este remedio amarillo es para que no se pique la cosecha, es un producto
