la mediería en la óptica del propietario, vinculadas al manejo de la quinta. Una vez que los ‘propietarios lograron su■ciente experiencia, fueron delegando tareas bajo cobertura ten los medieros con mayores iniciativas. Si bien se mantuvo el contrato tipo entre el productory el mediero, éste último pasó a percibir en tales casos entre el 20 y el 30% de los ingresos obtenidos por las ventas, en lugar del 50% que recibía en los cultivos a campo. Por otra parte, los porcentajes reales se modi■can en función de los aportes que el mediero con más medios pueda incorporara la producción. El mediero tradicionalmente tenía ‘expectativas marcadas de movilidad social, que anclaban en aspectos objetivos de la producción hortícola aunque con■gurando una situación de gran esfuerzo familiar y restricciones del consu- mo. La posibilidad de intensificar el trabajo y de ir acumulando medios propios, conocimientos técnicos y económicos en general que lo ubicaba en una escala con más posibilidades de ascenso, se fue restringiendo. En ello también contaron las mayores disparidades de precios quetienden ahora a estabilizarse. Medido el ingreso del mediero por los valores unitarios de trabajo, se aproxima al de los asalariados. Aquellos asalariados que dependen directamente de productores empresarios y particularmente los ■jos, agregan la ventaja de beneficios sociales forrnalizados. El caso es que, al incorporar a su familia, el mediero multiplica el ingreso, más allá de podertambién ajustarlo y organizarsu aplicación con bastante libertad”. La mayoría de los medieros, perciben un ingreso que, puntualmente considerado, sin el aporte de mano de obra familiar o extrafamiliar estaria bordeando la subsistencia. Es solo haciendo un cálculo global del ingreso de la familia mediera, que éste es mayor que el del asalariado. En tal sentido, la remuneración compleja de la masa de medieros con mayores di■cultades y de los trabajadores asalariados, a largo plazo se sitúa en los bordes de la subsistencia si computáramos solo los ingresos individuales; no podrían satis- facer sus necesidades y la de las familias en el tiempo de no trabajo (enferme- dad, ocio, etc.) ni la reproducción ampliada familiar (ver para condiciones de trabajo y condiciones generales de vida el capítulo de Ringuelet y Tomas). . Habitualmente el mediero solicita adelantos (que a veces son en especie) para ir subsistiendoyasimismo, estos adelantos, pueden usarse en la contrata- 73 indicábamos, de compatibilizarel resguardo del lucro con algunas ventajas de
