visto muy disminuidas en los últimos años, tal las que dependía-de ayudas públicas; si subsisten (y son un complemento importante los comedores escolares. Y quedan ayudas de instituciones estatales y privadas (iglesias, aportes puntuales del Estado), las redes de ayudas personales, auxilios de los patrones (ver cap. de S. Attademo). Actualmente, una alta proporción de trabajadores no tiene una conexión salarial directa, lo que por otra parte los aleja de la obtención de una serie de bene■cios sociales. Los pequeños autónomos, a su vez, se sitúan en una posición subalterna y un ámbito social disperso. Los trabajadores transitorios se ven afectados por la fluctuación temporal de las tareas. En el caso de los medieros, el tipo de contrato no les permite acceder automáticamente a algún tipo de asociación y obtención de bene■cios. Asimismo, los intentos asociativos de medieros, no han tenido signi■cación regional; a esto puede contribuir el carácter ambiguo de su conexión laboral junto al ámbito de trabajo disperso e intensivo. Existe actualmente muy poca fonnalización de los contratos de mediería y de aquellos de los asalariados temporarios, muchos de los cuales son contratados informalmente por los medieros como parte del trabajo familiar. La obligación de las cargas sociales e impuestos inciden negativamente tanto en los propietarios cuanto en los medieros y facilita la continuidad de la situación. mente en servicios. Algunas de estas vías complementarias de ingreso se han cuantitativos bruscos en la demanda de trabajo, aunque merced a la situación nacional y al carácter abierto del sector debe haber aumentado la oferta de trabajo regional. Por otra parte hay evidentes signos de tendencias a un cambio proporcional en la composición de la fuerza detrabajo. En tal sentido podríamos concluir provisoriamente que se avisora una reducción en las posibilidades de acceso al trabajo y un corte relativo en la estabilidad laboral. De manera global, no pareciera haber actualmente en el sector, cambios 102
