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Historia

y cognozcan el orígen, medios y fin que las cosas destas Indias tuvieron, y alaben al todopoderoso Dios, no sólo por lo que hace pero tambien por lo que permite, y teman mucho los hombres de que se les ofrezcan ocasiones con colores de bondad, ó por excusar daño alguno, conque puedan ofender, mayormente dando asa donde la humana malicia halle principio y camino para ir adelante y con que se excusar; y para no incurrir en tales inconvenientes, necesario es nunca cesar de suplicar por la preservacion dellos á Dios. Tornando al propósito de la historia, domingo, de mañana, 14 dias de Octubre, mandó el Almirante aderezar el batel de la nao en que él venia y las dos barcas de las carabelas, y comenzó á caminar por el luengo de la costa de la isla, por el Nornordeste, para ver la otra parte della, que estaba hácia el leste, y especular qué por hallí habia. Y luégo comenzó á ver dos ó tres poblaciones, y gran número de gente, hombres y mujeres, que venian hácia la playa, llamando los cristianos á voces, y dando gracias á Dios; los unos, les traian agua fresca, otros, cosas de comer, otros, cuando vian que no curaban de ir á tierra, se lanzaban en la mar, y, nadando, venian á las barcas, y entendian que les preguntaban por señas si eran venidos del cielo; y un viejo dellos quiso entrarse y entró en el batel, é irse con ellos, otros, con voces grandes, llamaban á otros hombres y mujeres, convidándolos y diciéndoles: venid y vereis los hombres que vinieron del cielo, traedlos de comer y de beber. Vinieron muchos hombres y muchas mujeres, cada uno trayendo de lo que tenia, dando gracias á Dios, echándose en el suelo, y levantaban las manos al cielo, y despues, dando voces, llamándolos que fuesen á tierra. Todas estas son palabras formales del Almirante, refiriendo lo que aquí refiero; pero el Almirante, por ir á ver un grande arracife de peñas que cerca toda la isla en redondo, no curó de ir á tierra como los indios pedian. Dentro deste arracife, dice el Almirante, haber puerto segurísimo, en que cabrian todas las naos de la cristiandad y estarian como en un pozo; miró dónde se podia hacer fortaleza, y vido un pedazo de tierra que salia á la mar,