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Historia

peligro, si viniese algun recio tiempo, alzaron y vánse la costa abajo á buscar puertos, viendo toda la ribera llena de gente, y al cabo de dos dias lo hallaron bueno. Surgieron media legua de tierra, pareció infinita multitud de gentes que venian á ver cosa tan nueva. Saltaron en tierra 40 hombres bien aparejados, llamaron las gentes como con señuelos, mostrándoles cascabeles y espejuelos y otras cosas de Castilla; ellos, siempre temiendo no fuesen cebo de anzuelo ó carne de buitrera no los creian, pero al cabo, algunos de los indios que se atrevieron, llegáronse á los cristianos, y las cosillas que les daban recibieron. Sobrevino la noche, volviéronse á las naos y los indios á sus pueblos, y, en esclaresciendo, estaba la playa llena de gente, hombres y mujeres con sus niños en los brazos, como unas ovejas y corderos, que era grande alegría verlos. Saltan los cristianos en sus barcas para salir en tierra, échanse los indios al agua, nadando, vienen á recibirlos un gran tiro de ballesta; llegados á tierra de tal manera, los recibieron, y con tanta confianza y seguridad ó descuido se juntaban los indios con ellos, como si fueran sus padres los unos de los otros, y toda su vida hubieran vivido y conversado con ellos. Era esta gente de mediana estatura, bien proporcionados, las caras no muy hermosas por tenerlas anchas; la color de la carne que tira á rubia como los pelos del leon, de manera que, á ser y andar vestidos, serian poco ménos blancos que nosotros; pelo alguno no le consienten en todo su cuerpo, porque lo tienen por cosa bestial; ligerísimos, hombres y mujeres, grandes nadadores, y más las mujeres que los hombres, más que puede ser encarecido, porque nadan dos leguas sin descansar. Entendieron los nuestros ser muy guerreros; sus armas son arcos y flechas muy agudas de huesos de peces, y tiran muy al cierto; llevaban sus mujeres á la guerra, no para pelear, sino para llevarles las comidas, y lo que más suelen consigo llevar; no tienen Reyes, ni señores, ni capitanes en las guerras, sino unos á otros se llaman y convocan y exhortan cuando han de pelear contra sus enemigos; la causa de sus guerras entendieron ser contra los de