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de las Indias.

otra lengua, si les mataron algun pariente y amigo, y el querelloso, que es el más antiguo pariente, en las plazas llama y convoca á los vecinos que le ayuden contra los que tiene por enemigos. No guardan hora ni regla en el comer, sino todas las veces que lo han gana, y esto es porque cada vez comen poco, y siéntanse en el suelo á comer; la comida, carne ó pescado, pónenla en ciertas escudillas de barro que hacen, ó en medias calabazas; duermen en hamacas hechas de algodon, de las que arriba, hablando de esta isla dijimos; son honestísimos en la conversacion de las mujeres, como dijimos de los desta isla, que ninguna persona del mundo lo ha de sentir, y, cuanto en aquello son honestos, usan de gran deshonestidad en el orinar ellos y ellas, porque no se apartan, sino en presencia de todos; y lo mismo no se curan de hacer el estruendo del vientre. No tenian órden ni ley en los mantenimientos; tomaban ellos cuantos querian y ellas tambien, y dejábanse cuando les placia, sin que á ninguno se haga injuria ni la reciba del otro. No eran celosos ellos ni ellas, sino todos vivian á su placer, sin recibir enojo del otro. Multiplicaban mucho, y las mujeres preñadas no por eso dejan de trabajar; cuando paren tienen muy chicos y cuasi insensibles dolores. Si hoy paren, mañana se levantan, tan sin pena, como si no parieran; en pariendo, vánse luego al rio á lavar, y luego se hallan limpias y sanas. Si se enojan de sus maridos, fácilmente, con ciertas hierbas ó zumos, abortan, echando muertas las criaturas; y, aunque andan desnudas, lo que es vergonzoso de tal manera lo tienen cubierto con hojas, ó con tela, ó con cierto trapillo de algodon, que no se parece, y los hombres y las mujeres no se mueven más porque todo lo secreto y vergonzoso se vea ó ande descubierto, que nosotros nos movemos viendo los rostros ó manos de los hombres. Son limpísimos en todos sus cuerpos ellos y ellas, por lavarse muchas veces. Religion alguna no les vieron que tuviesen, ni templos ó casas de oracion. Las casas en que moraban eran comunes á todos, y tan capaces, que cabian y vieron en ellas 600 personas, y ocho dellas que cupieran