Página:La Condenada (cuentos).djvu/169

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
165
LA PAELLA DEL «RODER»

venir el tal indulto. ¡Recristo! Basta de broma: de él no se burlaba nadie.

El diputado se inmutó viendo casi perdida la confianza del roder.

—Ese abogado es un ignorante. ¿Crees tú que para el gobierno hay algo imposible? Cuenta con que pronto saldrás de penas: te lo juro.

Y le anonadó con su charla; le encantó con su palabrería, conociendo de antiguo el poder de sus habilidades de parlanchín sobre aquella cabeza fosca.

Recobró el roder poco á poco su confianza en el diputado. Esperaría; pero un mes nada más. Si después de este plazo no llegaba el indulto, no escribiría, no moles taría más. Él era un diputado, un gran señor, pero para las balas sólo hay hombres.

Y despidiéndose con esta amenaza, requirió el retaco y saludó á toda la reunión. Regresaba á su pueblo; quería aprovechar la tarde, pues hombres como él sólo corren los caminos de noche cuando hay necesidad.

Le acompañaba el carnicero de su pueblo, un mocetón admirador de su fuerza y