Página:La Condenada (cuentos).djvu/49

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
45
GOLPE DOBLE

El viejo, con tanta solemnidad como si fuese una reliquia, sacó de detrás de la puerta la joya de la casa: una escopeta de pistón que parecía un trabuco, y cuya culata apolillada acarició devotamente.

La cargaría él, que entendería mejor á aquel amigo. Las temblorosas manos se rejuvenecían. ¡Allá va pólvora! Todo un puñado. De una cuerda de esparto sacaba los tacos. Ahora una ración de postas, cinco ó seis; á granel los perdigones zorreros, me tralla fina, y al final un taco bien golpeado. Si la escopeta no reventaba con aquella indigestión de muerte, sería misericordia de Dios.

Aquella noche dijo Sènto á su mujer que esperaba turno para regar, y toda la familia le creyó, acostándose temprano.

Cuando salió, dejando bien cerrada la barraca, vió á la luz de las estrellas, bajo la higuera, al fuerte vejete ocupado en ponerle el pistón al amigo.

Le daría á Sènto la última lección, para que no errase el golpe. Apuntar bien á.la boca del horno y tener calma. Cuando se inclinasen buscando el gato en el interior...