Página:Políticas de modernización universitaria y cambio institucional.djvu/109

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decisiones no son el producto de órdenes en el sentido de la perspectiva burocráti- ca, tampoco el reconocimiento indiscuti- ble de una autoridad respaldada en la competencia técnico-académica, sino antes bien, el resultado no esperado de compromisos entre grupos que disputan el control de recursos materiales y simbó- licos que hacen a la reproducción del entramado de poder al interior de la insti- tución." (Baldndge citado por Krotsch) 4 Lo anterior no signi■ca que estemos volvien- do a caer en las perspectivas estructura- les antes criticadas, muy por el contrario lo que sostenemos es la necesidad de contruir una mirada que, sin perder de vista las condiciones y los condicionantes macro-sociales pueda dar cuenta de las particulares con■guraciones y dinámicas de las instituciones universitarias. 5 La de■nición que se transcribe ilustra los rasgos generales de esta noción, asi: “...un campo puede de■nirse como una red o con■guración de relaciones objeti- vas entre posiciones. Estas posiciones se de■nen objetivamente en su existencia y en las determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o institu- ciones, por su situación (sitas) actual y potencial en la estructura de la distribu- ción de las diferentes especies de poder (o de capital) (...) y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás posi- ciones (dominación, subordinación, homologia, etc.)." (Bourdieu, 1995: pag. 64) 6 Vale aclarar que la distinción entre ambos campos no es menor, ya supone espacios diferenciaciados como son la universida- des y la ciencia. Bourdieu en su clásico Homo Academicas (1991)) ha desarrolla- do la especi■cidad del primer campo, y a dedicado numerosos artículos al segun- do (ver entre otros: Bourdieu, P. “El cam- po cientí■co" en Revista Redes Nro. 2 . Universidad Nacional de Quilmes, 1994) 7 Re■riendose al concepto de cultura Geertz lo de■ne de la siguiente fomia: “Entendido [la cultura] como sistema de interación de signos interpretables (que, ignorando las acepciones provinciales, yo llamaría sím- bolos), la cultura no es un entidad, algo a 110 pación de diversos grupos de interés. Las acontecimientos sociales, modos de con- ducta, instituciones o procesos sociales; la cultura es un contexto dentro del cual pueden describirse todos esos fenóme- nos de manera inteligible (...)"(Geertz, 1995: pag. 27) 8 De este autor tomamos las siguiente de■ni- ción de cultura politica. que como se observará se distancia del naturallsmo antropológico y del análisis politico insti- tucional clásico: “Aquí, cultura no es ni culto ni usanza, sino que son las estructu- ras de significación en virtud de las cuales los hombres dan forma a sus experien- cias; y la política no es aquí golpes de estado ni constituciones, sino que es uno de los principales escenarios en que se desenvuelven públicamente dichas es- tructuras. Una vez reforrnuladas así polí- tica y cultura, detenninar la relación que hay entre ellas es una empresa práctica y no ciertamente. modesta.’ (Geertz, 1995: 939- 252) 9 Aclaramos que no decimos que en las universidades en USA y Europa no se presente la misma di■cultad en precisar aspectos de la cultura institucional y de la cultura académica (ver: Clark, 1%3). Lo que deseamos enfatizar es que en el caso de Argentina. las instituciones universita- rias y el campo cienti■co no tienen el grado de consolidación que poseen los paises del centro, y que como desarrolla- remos mas adelante se encuentran permeadas por pautas más propias de la cultura politica. 10 Vale aclarar que si bien la inestabilidad política fue una constante a nivel regional en las décadas mencionadas, la actitud asumida por los distintos regímenes auto- ritarios frente a las universidades no re- sultó homogénea, al contrario es posible observar la con■guración de diferentes estrategias como por ejemplo las desa- rrolladas en los casos de Brasil y Chile. Para una visión comparativa de la rela- ción Estado-Universidad en latinoamerica resulta muy esclaracedor el trabajo de Daniel Levy (1%) La Educación Supe- rior y el Estado en Latinoamérica. Desa- fios privados al predominio püb■co. Ed. MA. Porrua, México. que pueden atribuirse de manera causal