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QUO VADIS

una extraordinaria exaltación y en ese estado presentábansele como posibles todo género de prodigios.

Pedro hablaría á las llamas: & una palabra suya, éstas le abrirían paso y el Apostol y Ligia y sus acompañantes salvarían ilesos la doble muralla de fuego.

Además, Pedro leía en el futuro; era indudable que había previsto aquel incendio, y en ese caso, ¿cómo admitir qpe no hubiera prevenido á los cristianos y conducídolos fuera de la ciudad, y entre ellos á Ligia, á quien amaba como á una hija?

Y la esperanza, qud á cada momento se fortalecía más y más, fué penetrando en el corazón de Vinicio.

Si habían huido de la ciudad, posible era que los encontrara él en Bovillas ó en el camino. De un instante á otro podría emerger aquel rostro adorado de entre el humo que empezaba ahora á extenderse por toda la Campania.

Y esto le parecía harto probable á causa del número creciente de personas que habían abandonado la ciudad con dirección á los montes Albanos, que él iba encontrando en su camino y que huyendo del fuego corrían desaladamente hacia la zona en donde no alcancaba el humo.

Antes de llegar á Ustrino vióse obligado disminuir la velocidad de su cabalgadura por causa de la multitud de gente que venía en dirección contraria.

Además de las personas que huían á pie, con líos á la espalda, se iba encontrando con caballos, mulas y vehículos cargados de efectos, y finalmente hasta con literas conducidas por esclavos y en las cuales transportaban éstos á los ciudadanos más ricos.

Ustrino estaba completamente invadido por una tan grande multitud de fugitivos de Roma, que era difícil pasar por entre los apiñados grupos.

Había un verdadero enjambre de indivíduos en la pla.