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QUO VADIS

—¿Vinicio? Pero, ¿acaso no huyó de él esa joven?

Ciertamente; pero él la buscó, porque no podía existir sin ella. Por una miserable recompensa le ayudé á encontrarla y yo fuí quien le señaló la casa en que ella vivía entre los cristianos, en el Trans—Tiber. Alli fuimos juntos, y con nosotros tu lidiador Crotón, á quien el noble Vinicio alquiló para que le protegiera. Pero Ursus, el esclavo de Ligia, aplastó á Crotón. Ese es un hombre de una fuerza terrible, ¡oh señor! y que puede romperle el cuello á un toro con tanta facilidad como cualquiera de nosotros cortar un tallo de amapola. Aulio y Pomponia le amaban por esa causa.

—¡Por Hércules—dijo Nerón,—el mortal que ha aplastado á Crotón merece una estátua en el Forum! Pero tú, viejo, estás equivocado ó nos engañas, porque Vinicio mató á Crotón con un cuchillo.

—Así es como las gentes calumnian á los dioses. ¡Oh señor! yo mismo ví cómo se rompían las costillas de Crotón entre los brazos de Ursus, quien se precipitó en seguida sobre Vinicio y le habria victimado también, á no ser por Ligia. Vinicio estuvo largo tiempo enfermo después de aquel suceso; pero ellos le curaron, con la esperanza de que á influjos del amor llegaría á hacerse cristiano. Y en efecto, Vinicio es cristiano en la actualidad.

—¿Vinicio?

—Si.

—Y acaso también Petronio? preguntó Tigelino con acento anhelante.

Chilo se retorció como un gusano, frotóse en seguida las manos y dijo: —Admiro tu penetración, joh señor! En efecto, bien puede haberse hecho también cristiano. Es muy probable.

—Ahora comprendo porqué defiende á los cristianos.

Nerón dijo entonces riendo: —¿Petronio cristiano?¿Petronio enemigo de la vida y de