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QUO VADIS

se acercal Quien crea que tan solo con la muerte ha de redimir las faltas cometidas, incurre en nuevo pecado y será arrojado al fuego eterno. Con cada uno de vuestros pecados cometidos en este mundo habéis renovado los sufrimientos del Señor; ¿cómo osáis pensar entonces que la muerte que os aguarda habrá de redimir esta vida? Hoy, justos y pecadores morirán de muerte igual; pero el Señor sabrá escojer á los suyos. ¡Ay de vosotros! Las garras de los leones destrozarán vuestras carnes; pero con ello no lograréis purificaros, ni ajustaréis vuestras cuentas con Dios. El Señor se mostró misericordioso por extremo al dejarse crucificar; pero, de aquí en adelante, solo será para vosotros el juez que no habrá de dejar ninguna de vuestras culpas impune.

Así, pues, quien quiera entre vosotros que haya creído extinguir sus pecados por medio del martirio, ha blasfemado contra la justicia de Dios.

Ha terminado ya la misericordia y es llegado el momento de la divina cólera.

Bien pronto habréis de comparecer ante el tremendo Juez, en cuya presencia solamente los buenos podrán ser absueltos.

¡Llorad vuestras culpas, pues las puertas del infierno están prontas para recibiros! ¡Ay de vosotros, esposos y esposas; ay de vosotros, padres é hijos!

Y extendiendo sus descarnados brazos, los agitaba sobre las cabezas inclinadas de sus oyentes.

Aquel hombre, mostrábase impávido é implacable hasta en presencia de la muerte á que estaban todos destinados.

Después de sus palabras, dejáronse oir estas voces: —¡Si, nos arrepentimos de nuestras culpas!

Luego sobrevino el silencio y volvió á escucharse tan olo el llanto de los niños y los golpes de pecho que se daban aquellos aterrorizados penitentes.

A Vinicio helósele la sangre en las venas, El, que había