camentos de infantería y caballería pretoriana. Dirigiendo cada división de esclavos iban mayorales ó capataces que empuñaban látigos, en cuyo extremo había pedazos de plomo ó de hierro en vez de chasqueadores.
Tenia cierto aspecto de solemne procesión religiosa, la de los que en seguida venían trayendo con aire grave y esmerada atención varios objetos delicados; y aquella semejanza hízose más resaltante cuando empezaron á pasar los instrumentos musicales del César y de sus cortesanos. Allí se veían arpas, laudes griegos, hebreos y egipcios, liras, formingas, cítaras, flautas, largos y torcidos cuernos de búfalo, y cimbalos. Al contemplar ese mar de instrumentos que daban al sol sus reflejos de oro, bonce, perlas y piedras preciosas, habría podido imaginarse que Apolo y Baco, acababan de emprender la marcha en viaje por el mundo.
Después de los instrumentos venían ricos carros llenos de acróbatas y danzantes de ambos sexos, quienes formaban grupos artísticos y llevaban palmas en las manos. Seguían multitud de esclavas, destinadas no al servicio, sino á la ostentación; de igual modo y para idénticos fines, muchos niños y niñas de corta edad, escogidos en la Grecia y en el Asia Menor; aquellos con largas cabelleras, y éstas con hermosos rizos aprisionados en redes de oro, niños semejantes á Cupidos por la maravillosa hermosura de sus rostros, que llevaban cubiertos de una espesa capa de cosmético á fin de resguardar su cutis delicado contra los rigores del viento de la Campania.
Y de nuevo dejóse ver una cohorte pretoriana de gigantescos sicambros, de ojos azules, de caras barbudas y cabellos rubios ó rojos. A la cabeza de ellas las águilas romanas eran conducidas por porta estandartes llamados imaginarii, (1) á iban también tablas con inscripciones, estatuas de dioses de Roma y germanos, y finalmente bus(1) Imaginario; se llamaba así primitivamente al que Levaba la imagen ó el retrato del emperador.
