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QUO VADIS

ba obscureciendo. Colocáronse capas gálicas con sendas caperuzas y se proveyeron de linternas.

Vinicio, á mayor abundamiento, se armó y armó á sus compañeros de puñales cortos y corvos. Chilo púsose además una peluca que se había procurado en el camino, al regresar de la tienda del viejo. Por último, emprendieron todos la marcha á paso rápido, á fin de salir de la ciudad antes de que cerraran la distante puerta Nomentana.

CAPÍTULO XX

Tomaron por el barrio de los Patricios, á lo largo del Viminal, que conducía á la antigua puerta de este nombre, cerca de la llanura sobre la cual Diocleciano hizo construir despues unos baños espléndidos. Pasaron frente a las ruinas de la muralla de Servio Tulio y por sitios cada vez más desiertos, hasta llegar á la Via Nomentana. De allí, torciendo á la izquierda con dirección á la Via Salaria, se hallaron luego en medio de cerros llenos de arenales. A trechos encontrábase tambien uno que otro cementerio.

Entre tanto, habíase obscurecido por completo y como no se dejaba ver aún la luna, les habría sido difícil dar con el camino, á no írselo indicado los mismos cristianos, según lo había previsto Chilo.

En efecto, á la derecha, á la izquierda y delante de ellos ibanse distinguiendo las formas obscuras de otros tantos individuos que caminaban cautelosamente por los arenales.

Algunos de estos individuos llevaban linternas, cubiertas en lo posible con los mantos; otros, los que conocían mejor el camino, iban á obscuras. El esperimentado ojo militar de Vinicio iba distinguiendo, por sus movimientos, á los jovenes de los viejos—que llevaban bastones—y de las mujeres, que iban cuidadosamente envueltas en largos mantos.

Evidentemente la policía de los caminos reales y los aldeanos que salían de la ciudad en dirección á sus hogares,