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QUO VADIS

Y el amor entonces le envolvió ahora cual llama inmensa, mezclado como de un prodigioso sentimiento de simpatía, homenaje, admiración y ferviente anhelo.

Sentía discurrir por todo su sér como una eléctrica corriente de felicidad á su vista; parecíale que al contemplarla estaba apagando con ansia, en cristalina fuente de vid, una sed prolongadamente soportada.

De pie al lado del gigantesco ligur, parecióle ahora de menor estatura que antes, casi una niña; notó además que se había puesto más delgada; su cutis habíase vuelto casi transparente, y en conjunto le hacía la impresión de una flor, ó de un sér espiritual.

Pero todo aquello para él no constituia sino mayores y más poderosos estímulos que le movían á ambicionar la posesión de aquella mujer, tan diferente de todas las mujeres que había conocido antes, ó que hubieran sido ante suyas en Roma ó en el Oriente.

Decíase que por ella hubiéralas dado todas, y á Roma y al mundo entero por añadidura.

En esta contemplación estática y febril habría llegado á ensimismarse por completo y á olvidarse de sí mismo y de todo cuanto le rodeaba, á no ser por Chilo, quien tiró nuevamente de un extremo de su manto, lleno de temor ante la idea de que algo hiciese que pudiera denunciarles.

Entre tanto, los cristianos volvieron a sus cánticos y oraciones.

Luego atronó los aires el Maranata (1); y en seguida el Apóstol bautizó con agua de la fuente á todos los catecumenos que los presbiteros presentaron preparados ya para recibir el sacramento. Y á Vinicio parecíale que aquella (1) Maranata: forma de excomunión entre los Judios. Significaba "El Señor viene" 6"El Señor ba venido" y era un anatema usado por el apóstol San Pablo. Empleábase para infandir pavor en los grandes criminales y eqnivalía como á decir: "Venga pronto el Señor y fulmine contra tí el castigo por tu crimen."