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QUO VADIS

Así, venía esto á juntarse á todas las cosas insólitas é inverosímiles, que desde el día anterior le estaba sucediendo.

Mas como se encontraba débil y sin esclavos á quien llamar en su ayuda, contuvo sus naturales impetus, especialmente porque predominaba en él ahora el deseo de conocer algunos detalles de la vida anterior de Ligia.

De manera que cuando se hubo calmado un tanto, pidió al ligur algunos datos acerca de la guerra de los ligios contra Vanio y los suevos.

A Ursus agradábale conversar, mas no pudo agregar mucho de nuevo, á lo que en su oportunidad Aucio Plaucio había referido á Vinicio.

Ursus no se había hallado en la guerra, pues habiale to cado la misión de acompañar á los rehenes al campamento de Atelio Hister. Sólo sabía, pues, que los ligures habían derrotado á los suevos y yazigios, pero que su caudillo y rey había caído bajo las flechas de los últimos.

Inmediatamente después de recibida la noticia de que los semnones habían puesto fuego á los bosques situados en sus fronteras, los ligures habían vuelto precipitadamente á vengar aquel atentado, entretanto habían permanecido los rehenes en poder de Atelio Hister, quien al principio, ordenó que se les tributasen honores reales.

Después había muerto la madre de Ligia, y el jefe romano se encontró en situación de no saber qué hacerse con la niña.

Cuando se hubo recibido la noticia de que una embajada de ligures había ido á visitar á Pomponio y á ofrecerle el apoyo de su país contra los bohemios, Atelio Hister, lo había mandado con Ligia á la presencia de Pomponio.

Empero, cuando llegaron á verle, supieron que los embajadores no se habían presentado, y en esas circunstancias permanecieron en el campamento, desde donde Pomponio se los llevó á Roma, y una vez que hubo alcanzado