Página:Quo vadis - Eduardo Poirier tr. - Tomo I (1900).pdf/344

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
334
QUO VADIS

pan y juegos») puede sublevarse si prolonga Nerón su ausencia.

Así, pues, no me es dable predecir cuál será la resolución definitiva. Si Acaya llega á pesar más en la balanza, es posible que en seguida deseemos visitar á Egipto. Yo insistiría con todas mis fuerzas en que tu vinieses, pues considero que en el estado de tu espíritu, los viajes y nuestros entretenimientos serían para tí una especie de medicina, pero es probable que no nos encontraras ya.

»Considera, entonces, si en tal caso no sería preferible para tí, á la permanencia en Roma, una temporada de reposo en tus propiedades de Sicilia.

»Escribe minuciosamente acerca de todo lo que te concierne, y adiós.

»Y esta vez no agrego á mi carta ningún deseo especial, excepto en bien de tu salud, porque, ¡por Pólux! no sé ni siquiera qué es lo que debo desear en obsequio tuyo!» Al recibir esta carta, Vinicio tuvo al principio la intención de no contestarla. Pensó entonces que era innecesaria tal contestación, desde que ésta no beneficiaría á nadie en manera alguna, ni nada podría tampoco explicar.

El desaliento habíase apoderado de él, y le dominaba al propio tiempo un concepto pesimista acerca de la vanidad de las cosas humanas. Juzgó, por otra parte, que Pe tronio era incapaz de comprenderle en ningún caso, y que, á mayor abundamiento, se había verificado en su vida una sucesión de acontecimientos en cierto modo tendentes á separarlos el uno del otro.

Y luego, que ni siquiera lograba todavía ponerse á derechas consigo mismo.

Cuando volvió del Trans Tiber á su espléndida «insula» se hallaba extenuado, y durante los primeros días encontró una especie de satisfacción en el descanso, en las comodidades y en la abundancia que le rodeaban.

Empero, ese bienestar duró muy poco tiempo. Pronto pudo convencerse de que llevaba una vida vana y de que