Águila, cuyo pico soberano
Apariencia
- A San Juan Evangelista. Por los impresores
- Soneto LXXV
Águila, cuyo pico soberano bañado en las corrientes celestiales osó tocar los cándidos umbrales, que apenas mira el pensamiento humano; fénix, a quien el bárbaro tirano pensó abrasar las alas inmortales, de cuyo fuego a nueva vida sales, la pluma de oro en la divina mano, estima los afectos que recibes del arte de imprimir, cuando resumas la grandeza del Verbo, con que vives. Pues de tu pluma han hecho tantas plumas, que eternamente escriben lo que escribes, y de tu suma innumerables sumas.