A Carmen, al piano
Apariencia
No mujer... ¡Hada eres! Si amorosa
las manos tiendes al callado viento,
en él despiertas lánguido concierto
como la brisa en arpa melodiosa.
No mujer, bella Carmen... Eres diosa;
y de tu rostro el celestial portento
irradia el infinito sentimiento,
ser de tu ser, inspiración hermosa.
No mujer... ¡Eres ángel! Tu pureza
eclipsa la del sol: la sensitiva
no es como tú modesta y delicada.
Yo admiro arrebatado tu grandeza;
pero calla mi voz, no osando altiva
cantar a la que es ángel, diosa y hada.