A Goya (El Tesoro de la Juventud)

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El Tesoro de la Juventud (1911)
El libro de la Poesía, Tomo 6
A Goya
de Rubén Darío

Nota: se ha conservado la ortografía original

Don Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) fué un pintor español de grande y rarísimo talento. La belleza del color de sus cuadros, y la manera peculiarísima de expresar sus concepciones, le han hecho célebre en todo el mundo.

Algunas de sus famosas aguas fuertes intituladas « Caprichos », parecen ejecutadas por un loco, pero en realidad, son admirables por su riqueza, de expresión y de vida. A este singular artista elogia Rubén Darío en los versos que siguen.


A GOYA

PODEROSO visionario,
Raro ingenio temerario.
Por ti enciendo mi incensario.
Por ti, cuya gran paleta,
Caprichosa, brusca, inquieta.
Debe amar todo poeta;
Por tus lóbregas visiones.
Tus blancas irradiaciones.
Tus negros y bermellones;
Por tus colores dantescos.
Por tus majos pintorescos,
Y las glorias de tus frescor
Porque entra en tu gran tesoro
El diestro que mata el toro.
La niña de rizos de oro.
Y con el bravo torero.
El infante, el caballero.
La martilla y el pandero.
Tu loca mano dibuja
La silueta de la bruja
Que en la sombra se arrebuja,
Y aprende una abracadabra
Del diablo patas de cabra
Que hace una mueca macabra.
Musa soberbia y confusa,
Ángel, espectro, medusa.
Tal aparece tu musa.
Tu pincel asombra, hechiza.
Ya en sus claros electriza.
Ya en sus sombras sintoniza;
Con las manólas amables.
Los reyes, los miserables,
O los cristos lamentables.

En tu clarobscuro brilla
La luz muerta y amarilla
De la horrenda pesadilla,

O hace encender tu pincel
Los rojos labios de miel
O la sangre del clavel.

Tienen ojos asesinos
En sus semblantes divinos
Tus ángeles femeninos.

Tu caprichosa alegría
Mezclaba la luz del día
Con la noche obscura y fría;

Así es de ver y admirar
Tu misteriosa y sin par
Pintura crepuscular.

De lo que da testimonio:
Por tus frescos, San Antonio;
Por tus brujas, el demonio.