A la República Dominicana

De Wikisource, la biblioteca libre.
María
Lira póstuma (1917) de Rubén Darío
ilustración de Enrique Ochoa
A la República Dominicana

A LA REPÚBLICA DOMINICANA
I


 
Olor a nardos y olor a rosa,
lo que adivino, lo que distingo,
el sol, los pájaros, la mariposa,
Santo Domingo, Santo Domingo.


Yo te adivino, yo te distingo
lo que algún día me puedas ser,
Santo Domingo, Santo Domingo,
que yo algún día te pueda ver.


Dios permitiera que yo algún día
llegara a costas que bellas son,
por sus historias, su melodía,
sus entusiasmos y su Colón.

* * *


¡Oh República Dominicana!
Tú que debieras estar,
como una Virgen en su altar,
en toda patria americana;


Tú, que eres la sublime hermana
que nos dió nuestro despertar,
mereces la voz soberana:
¡Toda la tierra y todo el mar!

II


Brillantes, oro y rubíes,
República Dominicana,
sé cómo orgullosa y ufana
te muestras bella y sonríes.


Tienes para tus hombres fieros,
para tus mujeres uríes,
las palmas de los cocoteros,
las alas de los colibríes.


Santo Domingo, vió una vela
allá, en la Academia, Platón,
y eso anunció la carabela
que llevó a tu tierra Colón.