A la batalla de Lepanto
Apariencia
De la pólvora el humo sube al cielo;
busca el cielo su esfera, y entre tanto
mira Neptuno con terror y espanto,
teñido en sangre su cerúleo velo.
Al centro profundísimo del suelo
bajan mil almas con eterno llanto
a contar la batalla de Lepanto,
y otras vuelan al reino del consuelo;
cuando de Carlos el valiente hijo,
español Escipión, César triunfante,
levantando en sus hechos su memoria:
"¡Virgen Señora del Rosario, dijo,
venced nuestro enemigo!" , y al instante
se oyó por los cristianos la victoria.