A secreto agravio, secreta venganzaA secreto agravio, secreta venganzaPedro Calderón de la BarcaJornada 2: Escena XVI
Jornada segunda
Escena XVI
DOÑA LEONOR, SIRENA.
DOÑA LEONOR
¡Ay, Sirena! ¿Qué suerte
es ésta tan airada?
Estoy, desesperada,
por darme aquí la muerte;
pues ya es fuerza que tope
a don Luis escondido, ¡ay Dios!,
don Lope.
Él pensó que salía
por la puerta que entraba
a mi cuarto: allí estaba.
¿Mas por qué mi porfía
duda lo que ha pasado?
Ya le ha visto don Lope, ya le ha
hablado.
¿Qué haré? Irme no puedo;
porque en desdichas tantas,
oprimidas las plantas,
cadenas pone el miedo
de cobardes prisiones.
Toda soy confusión de confusiones.