A un caballero que, estando con una dama, no pudo cumplir sus deseos
Apariencia
Con Marfisa en la estacada entrasteis tan mal guarnido que su escudo, aunque hendido, no lo rajó vuestra espada. ¿Qué mucho?, si levantada no se vio en trance tan crudo, ni vuestra vergüenza pudo cuatro lágrimas llorar, siquiera para dejar de orín tomado el escudo.