A un ingenio de estos tiempos
Apariencia
Soy incapaz, Ernesto, de engañarte:
adoro la verdad, que el bien inspira,
y contra el vicio de falaz mentira
hay en mi corazón firme baluarte.
Ernesto, Ernesto, el corazón me parte
tu inútil afanar: rompe la lira
de tus cuerdas flojas «tu razón delira;
te falta inspiración; no tiene arte.»
Pero sírvate al menos de consuelo
que, si ascender no puedes la escabrosa
cumbre del Pindo en tu cansado vuelo,
tienes en tus escritos una cosa
mira si de franqueza soy modelo,
peor aún que tus versos... y es tu prosa.