Abrojo VIII (Rubén Darío)
Apariencia
Vivió el pobre en la miseria,
nadie le oyó en su desgracia;
cuando fue a pedir limosna
lo arrojaron de una casa.
Después que murió mendigo,
le elevaron una estatua...
¡Vivan los muertos, que no han
estómago ni quijadas!