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Abrojo XLVI (Rubén Darío)

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Convengo de cualquier modo. No son raras hoy las víctimas; y es preciso, en el mercado donde todo se cotiza, que se demande y se busque el material de la orgía... Pero ¡una madre! ¡una madre! a su hija, Dios santo, ¡á su hija!

¡Oh, Alfredo de Musset! Dime si Rolla regateó con el diablo la tarifa, ó con la madre monstruo tiró dados sobre el desnudo cuerpo de la niña.