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Acta de Pronunciamiento de Guayaquil de 1883

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ACTA DE PRONUNCIAMIENTO DE GUAYAQUIL

El veinte y cinco de Julio de 1883, y reunidos en la plaza de Rocafuerte, en asamblea popular, bajo la Presidencia del señor don Federico Cornejo, nombrado por aclamación, é instalada la mesa con los vocales señores, doctor Palemon Monroy, doctor Vicente Luque Plata, Pedro Camacho, Sixto J. Bernal y el infrascrito Secretario J. P. Intriago; los ciudadanos que suscriben, teniendo en consideracion: 1O Que si alguna vez se ha encontrado un pueblo bajo la más onminosa servidumbre impuesta por la fuerza de las bayonetas, ha sido el Ecuador en la presente ocasión, despedazadas las instituciones y desquiciado el edificio social: 2O Que más que un derecho es un deber romper las cadenas de ese pasado luctuoso para los ecuatorianos; deber para con nuestros antepasados que nos legaron patria y libertad a costa de inmensos sacrificios deber para con nuestros hijos á quienes tenemos que trasmitir ese sagrado depósito, y deber para con nosotros mismos, obligados como estamos á conservar nuestra existencia, nuestra dignidad de hombres y todas las facultades que nos concedió la Providencia: 3O Que todos aquellos inestimables bienes nos fueron arrebatados por un soldado que asaltó los destinos de la Nacion, reduciéndonos ña la condicion de parias, usurpando las libertades todas, todos nuestros derechos, todas nuestras garantías, junto con las instituciones republicanas y las leyes protectoras de la sociedad: y 4O Que los ecuatorianos todos, reunidos por una sola idea, obrando con una sola voluntad y ejecutando como un solo brazo, han cumplido el deber de recobrar sus derechos usurpados y restablecer el imperio de la ley, sellando su obra con la espléndida victoria del 9 de Julio,

Acuerdan:

1 Dar una accion de gracias á los Gobiernos creados en las otras Provincias, por la eficaz cooperación que han prestado á la emancipación nacional, y á todos los señores Jefes, Oficiales, Ciudadanos y Soldados que, con sus heróicos esfuerzos, terminaron gloriosamente la obra del 9 del presente. 2 Desconocer la vergonzosa dominacion del titulado Jefe Supremo Ignacio Veintimilla, declarándole traidor á la Patria por haber roto la Constitucion de la República, y declarando nulos todos los actos, decretos y resoluciones que, desde el 2 de Abril de 1882, hubiese dictador, lo mismo que los actos emanados de las autoridades nombradas por él. Se exceptúan los actos judiciales, y los municipales arreglados á la ley: 3 Confiar el mando de la Provincia á un Gobierno Provisional ejercido por un magistrado, que lo desempeñará en entera independencia de los otros Gobiernos seccionales de la República; concediéndole para ello las facultades necesarias, según la Constitucion de 1878, en todo lo que no se oponga á este acuerdo popular, para conservar el órden, arreglar las rentas provinciales y salvar todas las dificultades que surgieren de la situacion. De igual modo para que contribuya y coopere á la marcha general del país, especialmente á la convocatoria, en el menor tiempo posible, de una Convencion Nacional que reorganice la República; lo que hará por medio de arreglos con los Gobiernos de las otras Provincias. Para el desempeño de este cargo fueron proclamados, por unanimidad, el señor don Pedro Carbo como Jefe Supremo principal, y el señor Coronel don José Antonio Gomez como suplente. En seguida el señor Presidente nombró dos comisiones para hacer saber lo acordado a los señores nombrados y acompañarles al lugar de la Asamblea. Llegados que fueron el mismo señor Presidente les tomó la promesa de cumplir su encargo de conformidad con lo expresado en esta acta;— y el señor Carbo dijo:

“Queridos compatriotas:

La eleccion con que me habeis honrado, y que acepto con gratitud, me impone deberes, árduos sin duda, pero que procuraré llenar, haciendo, durante el corto tiempo de mi administracion cuanto de mí dependa, para reparar los inmensos males causados por la ominosa dictadura, mantener la union y la concordia entre todos los buenos ciudadanos, y promover cuanto sea conducente al bien y prosperidad del país. Para desempeñar tan patriótica misión, cuento con la cooperación de todos (roto)… patriotas que quieran ver asegurado el triunfo definitivo de las instituciones republicanas y el pacífico goce de la libertad, que algunos hijos expureos de la Patria nos habian arrebatado, y que hemos podido reivindicar, mediante los heróicos esfuerzos y sacrificios de los guerreros y ciudadanos armados de todos los pueblos de la República. Concluyo, queridos compatriotas, reiterándoos las promesas que ya he hecho de cumplir con lealtad los deberes que me habéis impuesto.” Y en prueba de ello firmaron con el Presidente, los Vocales y el infrascrito Secretario.— Federico Cornejo, Pedro Carbo, J. A. Gómez, Palemon Monroy, V. Luque Plata, P. Camacho, Sixto J. Bernal, J. P. Intriago.

Esta acta de pronunciamiento fue firmada por mas de mil ciudadanos e impresa en una hoja volante a la cual nos referimos.


Bibliografía

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  • La Bandera Nacional (Periódico Oficial) Serie 1. Guayaquil. Agosto 14 de 1883. Num. 1.o