Actas del Cabildo de Guayaquil (27 de Marzo de 1772)

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DON JUAN IGNACIO MEDINA Y EL INGENIERO REQUENA SOLICITAN LA MUDANZA DE LA PLAZA DE COMESTIBLES. EL PROCURADOR SUGIERE COMPRAR BORRICOS PARA EL TRABAJO DE CEGAR LAS LAGUNAS.

En la ciudad de Santiago de Guayaquil, en veinte y siete días del mes de Marzo de setecientos setenta y dos años, los señores de este Ilustre Ayuntamiento, Justicia y Regimiento, a saber: el señor Coronel don Francisco Ugarte, Gobernador y Comandante por S.M. de esta dicha ciudad; don Francisco Xavier de Santistevan, Alférez Real y Alcalde Ordinario interino; don José Coello y Piedra, Teniente de Alguacil Mayor; don Baltazar de Avilés, Depositario General y el doctor don José Lisson, Abogado de la Real Audiencia de Quito y Asesor de este Ayuntamiento, estando juntos y congregados hicieron el Cabildo del tenor siguiente:

Y en este estado entró don Manuel Pacheco y Avilés, Procurador General, y trataron lo siguiente: Y en este estado entró don Bernardo Morán, Regidor Decano y se trató lo siguiente:

En este Cabildo se mandó traer a la vista por el señor Gobernador, ciertos expedientes hechos por el señor Procurador General, don Juan Ignacio Medina, don Francisco Requena, Ingeniero extraordinario, por la solicitud que hace dicho don Juan Ignacio de la mudanza de la plaza de efectos comestibles, y pidiendo dicho señor Gobernador consulta a este Ayuntamiento, los señores Capitulares que le componen expusieron su sentir en los citados documentos, de los cuales se sacará testimonio a la letra y se agregará a esta acta.

En este Cabildo propuso el señor Gobernador, se tuviese presente el Cabildo anterior sobre cegar y cerrar las lagunas que se hallan tras de la Iglesia Parroquial y las de esta casa de Cabildo, y que el señor Procurador General diese la razón que se le había prevenido, quien respondió y expuso que había hecho todas las diligencias necesarias, y que no encuentra clamor de los que abrieron dichas lagunas; pero con todo esto, en el verano, haría diligencias más eficaces cuando se hallen presentes los del tráfico de cargar y sacar tierra, pero que lo más acertado que le parecía, era que mandase este Ilustre Ayuntamiento comprar una o dos docenas de borricos, que con ellos se facilitaría el llenar dichas lagunas.

Y, oída esta representación por su señoría mandó que así se hiciera, y que prontamente se comprasen veinte y cinco borricos y que el Mayordomo de la ciudad los comprase prontamente, y cuando llegaren o trajesen dichos borricos, se darán las demás providencias que correspondan al ejercicio y buen tráfico de ellos.

Con lo cual se acabó este Cabildo y su señoría, actuando por sí y ante sí por defecto de Escribano, que el único que haya se halla enfermo, de que así lo certificó.

(f) Francisco de Ugarte.

(f) Francisco Xavier de Santistevan.

(f) José Coello y Piedra.

(f) Bernardo Morán de Butrón.

(f) Baltazar de Avilés.

(f) Manuel Pacheco y Avilés.

(f) Don José Lisson.


Bibliografía[editar]

  • Pino Roca, Gabriel. Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil Tomo XIX: 1770 a 1774. Páginas: 233 a 235.