Adiós (Althaus)
Apariencia
A ***
¿Por qué, por qué te conocí tan tarde?
¿Por qué, si ya no puedes ser tú mía,
sentí, al verte, tan honda simpatía,
y la lengua, al hablar, tembló cobarde?
Adiós, adiós: no será bien que aguarde
que crezca junto a ti de día en día
el crudo fuego que, si ayer nacía,
hoy ya con llamas tan intensas arde.
Adiós, que amarte yo fuera delito
y de tú gran belleza seductora
el fiero riesgo con la ausencia evito:
que un recuerdo le des tan sólo implora
el que de ti purísimo y bendito
eternamente lo tendrá, Señora.
(1864)
Esta poesía forma parte del libro Obras poéticas (1872)